La relación que había hasta el 27 de octubre de las elecciones entre Mauricio Macri y María Eugenia Vidal ya no es la misma. Se rompió. Ya no es la «leona» que lucha contra los barones y los machos del conurbano.
Macri y Marcos Peña consideran que la gobernadora no puso toda la carne al asador como se debía en una elección tan crucial en la que se enfrentaban dos modelos en las antípodas.
La tensa relación quedó reflejada públicamente el lunes cuando, en el CCK, Macri dijo que «hay gato para rato», dando a entender que seguirá en la política.
En ese preciso momento las cámara de TV enfocaron a Vidal, cuyo rostro parecía que se había enterado de la muerte de alguien y no de que su jefe anunciaba que continuaría a su lado en Cambiemos.