El mismo 11 de agosto a la medianoche, en el escrutinio provisorio de las PASO, las huestes de la gobernadora María Eugenia Vidal daban por indescontable la ventaja de 1.6000.000 votos que le sacó su competidor kirchnerista, Axel Kicillof.

Por eso, irán a la elección del 27 de octubre tratando de acortar la diferencia, o al menos de que no aumente en favor del ex ministro de Economía de Cristina. Pero lo que obsesiona Vidal es que a su sucesor no le pase lo que le pasó a ella con Daniel Scioli, su antecesor.

El subsecretario de Gobierno provincial, Alex Campbell, fue el emisario que mandó la gobernadora a decirle a un intendente bonaerense, para que le transmita a Kicillof, que el 10 de diciembre pensaba dejar asegurados los fondos para el pago del sueldo y el aguinaldo a todos los estatales provinciales.

A Campbell también le gustó ser portavoz de esa buena nueva, porque es primer candidato a diputado provincial por la primera sección electoral y será, seguramente, el jefe del bloque de Cambiemos en la cámara baja provincial.