La estrategia para entronizar a Máximo Kirchner en el PJ bonaerense, desplegado por La Cámpora y que incluyó nada menos que al presidente Alberto Fernández, se habría frustrado debido a la imposibilidad legal de convocar -en plena pandemia- a un congreso partidario para que acepte la renuncia de los congresales actuales y se designe reemplazantes «a dedo» para ungir al hijo de Néstor y Cristina Fernández de Kircnner en el partido más importante de la provincia de Buenos Aires. 

«Se apuraron y no midieron que era imposible hacerlo en plena pandemia y por la fuerza», dijo a Periodismo Federal uno de los dirigentes peronistas de mayor peso en el partido que hoy conduce el intendente de Merlo, Gustavo «Tano» Menéndez.

El operativo de desembarco de Máximo en el PJ bonaerense fue pergeñado en el seno de su agrupación, La Cámpora, y blanqueado por el alcalde de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, quien es el nexo de los intendentes con el actual jefe de la banca de Diputados del Frente de Todos. Pero la idea fue tildada de «descabellada» y resistida por algunos pares de su misma sección electoral, la Tercera, como el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray; pero sobre todo, de la Primera, donde mandan el «Tano» Menéndez, Juanchi Zabaleta y Alberto Descalzo, estos dos últimos alcaldes de Hurlngham e Ituzaingó.

«Reunir al congreso partidario en las actuales circunstancias es imposible, por las condiciones sanitarias, y porque además sienten que les «mojaron la oreja» gratuita e incomprensiblemente, con la idea de tirarlos por la ventana de un dia para otro para poner a un dirigente que ‘nunca militó en la provincia de Buenos Aires», dijo la fuente a Periodismo Federal.