Los chisporroteos entre el gobernador socialista de Santa Fe, Miguel Lifschitz, y el electo, Omar Perotti parecen no tener fin, a menos de un mes y medio del recambio institucional en la Casa Gris. «Quiero cumplir con el pedido del gobernador electo, pero también debo respetar el pedido muy mayoritario de la Legislatura, donde hay legisladores del peronismo que solicitan que se envíe el presupuesto» -el peronista lo quiere para después del 11 de diciembre-, explicó Lifschtz y chicaneó: «Evidentemente hay una realidad política que no se puede dejar de advertir, y es que hay un sector del peronismo con fuerte representación legislativa que tiene algunas posiciones distintas a la del gobernador electo, un tema que yo no puedo resolver».