Si hay algo de lo que se cuidó el gobierno de Mauricio Macri desde apenas el primer minuto en que empezó a gobernar el 10 de diciembre de 2015 es de no repetir el modelo kirchnerista: criticó con vehemencia la «maquinita» de emitir dinero, censuró y castigó a mas no poder el cepo cambiario que recibió de Cristina Fernández de Kirchner y bastardeó el reiterado uso K de la cadena nacional como principal método de comunicación.

Esta mañana, en un evidente tiro por elevación a Cristina, el Boletín Oficial publicó un decreto firmado por el presidente Macri en el que blanquea legalmente su decisión de dar un discurso esta noche a las 20 horas por radio y televisión para la «rendición de cuentas de los cuatro años de gestión, revistiendo especial trascendencia institucional».

El mensaje -en el cual trabajó su alter ego el jefe de Gabinete, Marcos Peña, con su equipo de comunicación- será grabado durante la jornada porque el jefe de Estado viajará a Brasil para participar de la Cumbre del Mercosur y hará eje en el estado de las obras y realizaciones que hizo su gestión con el fin de contrastar con lo que creen que vendrá, un «relato del presidente entrante Alberto Fernández pretendiendo distorsionar la realidad», según dijeron a Periodismo Federal.

En tanto, noviembre fue el mes de mayor expansión monetaria de los últimos años, según datos del Banco Central  -llegó a 284.378 millones de pesos-, algo de lo que Macri se cuidó mucho de no hacer en el inicio de su gestión e, incluso, sus espadas de la economía como Adolfo de Prat Gay, Federico Sturzenegger y Nicolás Dujovne, entre otros, se vanagloriaron de haber terminado con pesada herencia K.

La otra incongruencia de Macri es que tras las PASO tuvo que imponer un cepo cambiario debido a que se desangraban las reservas del BCRA, en paralelo con el default técnico desde que el año pasado decidió pedir un préstamos al Fondo Monetario Internacional. Similar medida había adoptado Cristina en el final de su mandato cuando las reservas se iba como agua.