Mauricio Macri resiste algunos tibios pedidos de jubilación y, por el contrario, embate una y otra vez contra su principal aliado, el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, quien avanza a paso firme en su decisión de competir en las presidenciales del 2023. 

El expresidente le advirtió a quien fuera su mano derecha en la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que es el «responsable» de alcanzar un «consenso» para evitar las elecciones internas PASO, del 12 de septiembre próximo, con el fin de aunar fuerzas y agrupar así a toda la oposición contra el Frente de Todos de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa.

Macri quiere imponer a dedo las listas, sin internas, solo teniendo en cuenta lo que mide cada postulante y, en ese camino, quiere mandar a María Julia Vidal a competir como candidata a diputada nacional contra las huestes del gobernador Axel Kicillof, algo que la exgobernadora desechó el día después de la derrota electoral de hace dos años.

Su apuesta es doble: Vidal en provincia y en la Ciudad de Buenos Aires Patricia Bullrich, quien supo mantener como oposición a JxC en el peor momento de la alianza, tras la caída ante el Frente de Todos en 2019.

La advertencia para Rodríguez Larreta fue directa: no se trata de imponer candidatos propios sino analizar quién puede obtener más resultados. «Creo que Horacio está muy bien posicionado como candidato en 2023, pero hoy se juega el 21. Él tiene la responsabilidad como jefe de la Capital de lograr un consenso en lo posible tratando de evitar las PASO», aconsejó Macri.