El electo primer diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, Sergio Masa, que debería ser votado por el peronismo como nuevo presidente de la Cámara baja, no empezó bien con el sector kirchnerista del bloque que se transformará en oficialismo dentro de un mes.
Todavía con el glamour que le dio la aplastante victoria por sobre su contendiente Cristian Ritondo, fue a verlo al actual titular de la Cámara, el también peronista pero de Cambiemos, Emilio Monzó, y definieron que ni bien asuma Alberto Fernández se convocará a sesiones extraordinaria, tanto para diciembre como para enero.
Pero claro, faltó algo en la mecánica parlamentaria y los protocolos internos: Massa no habló antes con el “Chivo” Agustín Rossi, titular de la bancada de Diputados en la actualidad y con posibilidades ciertas de renovar el 10 de diciembre.
Eso enfureció a Rossi, ultra K, y a otros legisladores de esa fracción, quienes contraatacaron cuando días atrás se convocó a una reunión de bicameral para elegir a Monzó como nuevo Defensor del Pueblo. Los K no asistieron a la convocatoria y la idea de Massa momentáneamente se cayó.