El gobernador electo de Santa Fe, Omar Perotti, actual senador nacional, siempre mantuvo una buena relación con el gobernador saliente, Miguel Lifschitz, electo diputado y casi seguro presidente de la Cámara de Diputados provincial. Pero la transición –por algunas medidas del mandatario socialista- ya le pone los «pelos de punta» al dirigente peronista.

La mala sintonía quedó demostrada nuevamente en el tema del presupuesto para el año próximo, que lo debe enviar Lifschitz pero lo ejecutará Perotti, por lo que éste le pidió que lo formulen en diciembre, tras asumir la gobernación.

Pero los que protestaron esa medida fueron los propios senadores peronistas, quienes alzaron su voz discordante y le exigieron al socialista que “cumpla con la Constitución” y lo mande ya, a la cámara alta.

Por eso ahora Lifschitz le hizo saber a quien será su sucesor que “en la Legislatura hay una gran presión para tratar el presupuesto ahora, de parte de los peronistas y de los radicales”.  

Según el socialista, los senadores quieren elaborar el presupuesto para “garantizar obras para sus departamentos y no perder su poder del Senado en todos estos años”.

“Es un Senado opositor, que el mes que viene será oficialista, pero es evidente que un sector importante del peronismo quiere seguir siendo opositor, porque eso le ha reportado réditos”, chicaneó Lifschitz.

En ese plano, apuntó que pedirle que mande el presupuesto ya “fue una jugada clara de los senadores peronistas para posicionarse en la interna” del PJ.

«Perotti se la agarra conmigo pero no dice nada de lo que hicieron los senadores de su partido. Fueron ellos los que rechazaron la notificación que remitimos para postergar el tratamiento del Presupuesto para después de que asuman las nuevas autoridades, cosa que a mí me parecía razonable”, disparó el gobernador socialista.

Tras la elección de junio en que ganó Perotti, ambos acordaron que iba a ser el peronista el que pergeñase el Presupuesto, pero cuando el tema llegó a oídos de los senadores peronistas,  éstos pusieron el grito en el cielo y le exigieron a Lifschitz que cumpliese con la carta magna provincial.

Así como están las cosas, a menos de un mes de la asunción de Perotti, la disputa de poderes parece no tener fin, ya que no solo están involucrados los gobernadores entrante y saliente, sino el PJ del Senado que muestra sus uñas a propios y extraños.