La Comisión Europea anunció hoy que renovará la autorización del uso del glifosato en la Unión Europea (UE) por 10 años, después de que los países miembros del bloque no alcanzaran un acuerdo sobre este controvertido herbicida.
“La Comisión, en colaboración con los Estados miembros de la UE, procederá a renovar la aprobación del glifosato por un período de diez años, bajo reserva de algunas nuevas condiciones y restricciones”, indicó el brazo ejecutivo de la UE en comunicado.
Se autorizó su renovación tras un informe elaborado por un regulador europeo que estimó que el nivel de riesgo no justifica la prohibición de la sustancia.
No obstante, la Comisión prevé algunas salvaguardias y prohíbe su uso para la desecación, es decir el proceso de eliminar la humedad de un cultivo antes de la cosecha, informó la agencia de noticias AFP.
El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó en 2015 como “cancerígeno probable” el glifosato, sustancia activa de varios herbicidas, entre ellos el famoso Roundup de Monsanto.
En cambio, en julio pasado, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria sostuvo que no identificó ningún “área de preocupación crítica” en humanos, animales y el medio ambiente que pueda impedir la autorización del herbicida, aunque admitió que dispone de pocos datos.
En un voto celebrado el mes pasado, los países de la UE no alcanzaron una mayoría para aprobar la renovación del herbicida.
Según fuentes diplomáticas, siete países, incluyendo Francia, Alemania e Italia se abstuvieron.
A principios de octubre, siete entidades que representan a productores y cadenas productivas de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay le pidieron a la Unión Europea que renueve el permiso para el uso del glifosato en el viejo continente.
Se trata de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja), la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), la Asociación Brasileña de Productores de Soja (Aprosoja), la Asociación de Productores de Soja y Maíz del Estado de Mato Grosso, la Asociación de Productores de Soja, Oleaginosas y Cereales del Paraguay (APS), la Cámara Paraguaya de Exportadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco) y la Mesa Tecnológica de Oleaginosos (MTO) de Uruguay.
En un comunicado conjunto, señalaron que “comparten el compromiso de satisfacer la creciente demanda mundial de productos de soja, que representan un porcentaje importante del excedente exportable de soja en el mundo”, y que “reconocen la creciente presión sobre la producción para satisfacer la demanda de seguridad alimentaria y al mismo tiempo cuidar el medio ambiente y la salud humana”.
En este marco, recordaron también que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA) llevaron a cabo sus evaluaciones de riesgos y peligros de la sustancia activa glifosato y concluyeron que “es eficaz para los usos propuestos”.
Y destacaron: “No se identificaron áreas de preocupación crítica, concluyéndose que no es cancerígeno, mutagénico de línea germinal, genotóxico o mutagénico en general, tóxico para la reproducción, neurotóxico ni disruptor endocrino. No se esperan riesgos dietéticos inaceptables y no se identificaron áreas críticas para la toxicología y ecotoxicología de los mamíferos”.
“Por lo tanto, no se espera ningún impacto negativo en la salud humana o ambiental con base en los usos propuestos y bajo buenas prácticas agrícolas”, agregaron.
También argumentaron que los sistemas de agricultura regenerativa utilizados en la producción de alimentos en el Mercosur utilizan el glifosato como una herramienta eficaz, siendo un herbicida aprobado por organismos de salud en más de 140 países, donde los residuos resultantes de su aplicación se ajustan a los LMR establecidos por el CODEX y otras normativas.
“El glifosato es una herramienta crucial en los sistemas de agricultura regenerativa, donde la no remoción y la cobertura del suelo son una base fundamental de un enfoque holístico que integra tecnologías que ayudan a los agricultores a producir más con menos, promoviendo la biodiversidad, generando resiliencia y reduciendo la huella de carbono”, prosiguieron.
Por eso, “estas entidades sugieren y ven la necesidad de renovar la autorización del uso de glifosato en la UE, basándose en evidencia científica, tal y como exigen la normativa europea, los compromisos internacionales de la UE y sus Estados miembros”, completaron.