La CGT vio la oportunidad de ir a la carga por el sillón que dejó vacío el fallecido superintendente de Seguridad Social, Eugenio Zanarini, y pidió una reunión urgente con el presidente Alberto Fernández con el pretexto de aventar posibilidades de que el kircherismo reclamara ese puesto clave que maneja el dinero que el Estado les da a las obra sociales, un bastión económico para los gremios en Argentina.
Pero no, Alberto rápido de reflejos, los agasajó ayer en Olivos con un almuerzo y les comunicó el nombre del nuevo funcionario, que será Daniel López, quien responde nada menos -al igual que Zanarini- al ex ministro de Salud, Ginés González García, eyectado del Gobierno al estallar el «vacunatorio vip».
Lo curioso es que tanto Zanarini como López eran socios en emprendimientos privados con González García, quien así parece no haber abandonado totalmente la consideración del jefe de Estado.