«Era posible pero no nos lo esperábamos». Con esa frase, un importante funcionario de la Casa Rosada, macrista de paladar negro y de Boca Juniors, respondió con pesadumbre ante la pregunta de Periodismo Federal acerca de la alineación del ídolo xeneize Román Riquelme con la lista de Jorge Ameal, rival del oficialismo, en las elecciones del 8 de diciembre.

Es sabido que el presidente Mauricio Macri, múlticampeón con el Boca de Carlos Bianchi en la década de los ’90 y principios de la siguiente, tiene una vital injerencia en la vida interna del club, en el que virtualmente cogobierna con el «Tano» Daniel Angelici, quien anunció que finaliza su mandato y deja el sillón azul y oro.

Si hasta se habló de que si el jefe de Estado perdía la presidencia podía volver a Boca …

Por eso Angelici ya había largado hace tiempo la candidatura de su vice, Christian Gribaudo, aunque la semana pasada apareció en escena Riquelme y pidió una reunión de unidad de todos los contendientes, que finalmente se frustró.

El 10 de Boca reapareció nuevamente el martes con un anuncio explosivo. Integrará la lista del ex presidente Ameal y él irá de vicepresidente segundo.

El estallido no solo resonó en la «bombonera» sino puertas afuera, especialmente en los dos espacios que dominan la política argentina: Cambiemos apoya fervientemente a Gribaudo y el Frente de Todos inició una campaña masiva de llamadas telefónicas y mensajes de whatsapp pidiendo ahora «unidad» a favor de Riquelme y contra el delfín de Macri.

La noticia fue muy comentada esta mañana en la Casa Rosada y hasta sobrevoló en la reunión de Gabinete nacional. Hasta los boquenses despotricaban contra Riquelme y uno de ellos recordó cuando en el 2012 en plena final de la copa Libertadores, que Boca perdió 2 a 0 contra Corinthians, anunció que se iba del club.