El contundente triunfo de Alberto Fernández en las PASO le permitió pensar con detenimiento la integración de su gabinete nacional.
El primero casillero fue para Felipe Solá, el diputado nacional y ex gobernador de la provincia de Buenos Aires. Solá fue clave en la campaña y en el armado de la unidad. Cuando Massa no se decidía a saltar a las filas del Frente de Todos, en la agonía del cierre de alianzas en junio, Cristina Fernández de Kirchner lo lanzó como primer candidato a diputado nacional por el territorio bonaerense, postulación que finalmente aceptó el líder del Frente Renovador cuando se dio cuenta que se iba a quedar sin nada.
El segundo fue Santiago Cafiero, uno de los nietos del histórico dirigente peronista Antonio Cafiero.
Cafiero nieto es el que arma en estos días el complejo entramado de las segundas y terceras líneas de los ministerios y empresas gubernamentales.
Otros casilleros completos son Wado de Pedro al Ministerio del Interior; Victoria Donda al de la Mujer, que se creará; de Viviendas, y también nuevo, que estará a cargo de María Eugenia Bielsa; entre otros.