A medida que se acerca la definición del Gabinete que Alberto Fernández anunciará el próximo viernes, también se empiezan a llenar los casilleros de los ministerios y reparticiones. En el caso de la Cancillería, -donde el ex gobernador bonaerense Felipe Sola es número puesto – se van delineando los nuevos embajadores en los países vecinos, donde los sucesivos jefes de Estado suelen designar a hombres provenientes del campo de la política o empresarial, en lugar de diplomáticos de carrera. 

Tal es así que en los borradores de Puerto Madero -las actuales oficinas de Alberto Fernández que suplieron a las de México 337, en San Telmo- figuran el gobernador de La Rioja, Sergio Casas, electo diputado nacional, yendo a Chile a sustituir al mendocino José «Pilo» Bordón, y su par del Chaco, Domingo Peppo, que iría a Paraguay en lugar de Héctor Lostri

De esa forma, Casas trasladaría su domicilio a 278 kilómetros allende la cordillera, en Santiago de Chile, mientras que Peppo recorrerá 324 kilómetros para instalar su nueva oficina en Asunción. 

Casas y Peppo tienen una coincidencia: ambos intentaron extender a otro período de cuatro años sus respectivas gobernaciones, pero se quedaron en el intento. Casas ya no tenía forma de renovar legalmente e intentó reformar la Constitución, y hasta quiso forzar un plebiscito, pero su idea se frustró y decidió hacer un enroque y postularse a diputado nacional. Peppo, en tanto, disputó poder con el otro peso pesado del Chaco, Jorge Capitanich, quien recibió la bendición de Cristina Fernández de Kirchner y quedó ungido como el «dueño» peronista de la provincia. 

Así le ganó primero la senaduría nacional a Peppo y luego fue el candidato del Frente a Todos para la gobernación, donde aplastó a sus rivales.