Hace dos semanas el expresidente de la Cámara de Diputados, Emilo Monzó, sacudía la interna de Juntos por el Cambio (JxC) al anunciar que se presentará como candidato a las elecciones legislativas de octubre próximo, y uno de los referentes bonaerense del PRO, el intendente de Vicente López, Jorge Macri, salió a cruzarlo con una frase que disparó la guerra: “Monzó no es parte de Juntos por el Cambio en la provincia; hay sumas que restan”.

La frase lapidaria de Macri -primo del expresidente- e integrante del grupo Dorrego de jefes comunales bonaerenses, puso blanco sobre negro que la relación quedó definitivamente rota entre ese sector y el que encabeza Monzó, quien aglutina también al actual diputado nacional Sebastián García de Luca y el ex legislador Nicolás Massot.

Días atrás, al publicar su libro «Primer Tiempo», Mauricio Macri también había disparado munición gruesa contra Monzó y su exministro del Interior, Rogelio Frigerio, quienes jugaban juntos dentro del espacio de JxC en la gestión Cambiemos.

Lo cierto es que Monzó recorre hace meses la provincia con una ambulancia sumando peronistas desencantados con el Frente de Todos -se comenta que habló con Florencio Randazzo- para enfrentar en una interna al PRO.

El diputado García de Luca se quejó del cierre de puertas que postula Macri primo. “Deja vu. La misma discusión interna que en 2014, cuando Emilio construía Cambiemos para ganarle al kirchnerismo. Y los mismos queriendo tener un partido chico, manejable y sin competencia, como si fuera una franquicia familiar. ¡Ampliar y PASO!”, publicó en su cuenta de Twitter,  recordando que no es la primera vez que ese sector quiere bloquear a Monzó.

El intendente Macri, de paso, le avisó a Diego Santilli, vicejefe de Gabinete porteño -y quien está siendo medido en la provincia- que su lugar en el mundo electoral es la ciudad de Buenos Aires. «Es porteño», dijo el jefe comunal.