En la provincia de Córdoba la fecha para las elecciones son definidas por el Poder Ejecutivo nacional y, para este año, aún se mantiene el misterio.
En todo el arco opositor sospechan que podría realizarse a fines de junio pero, de todos modos, la incertidumbre desgasta las negociaciones entre los candidatos Luis Juez y Rodrigo de Loredo.
En el oficialismo, en cambio, crece la tensión entre Juan Schiaretti y Martín Llaryora. El intendente quiere definir provincia y ciudad en un mismo día, pero el gobernador apuesta por su sucesión a fines de junio y la puja por la intendencia un mes más tarde.
La Ley Provincial 10.407 en el artículo 164 establece que las elecciones deben realizarse “como mínimo con sesenta días de anticipación a la fecha de finalización del mandato y, como máximo, dentro de los ciento ochenta días de esa fecha”. Es decir, la fecha máxima es el 10 junio y la mínima el 10 de septiembre, ya que el próximo 10 de diciembre culmina el gobierno de Schiaretti.
Si bien se sospecha que la disputa provincial será entre el último domingo de junio o el primer fin de semana de julio, trascendió que el schiarettismo busca desdoblar los comicios a diferencia de lo que pretenden cerca de Llaryora de votar todo junto: en un mismo día, provincia y ciudad.
En el equipo de Schiaretti pretenden votar en la capital cordobesa entre un mes y 45 días después de los comicios provinciales. Es decir, entre agosto y septiembre definir al sucesor de Llaryora. Algo que rechaza el entorno del intendente y candidato a la gobernación.
El objetivo del actual gobernador es que el candidato a intendente Daniel Passerini durante la campaña cuente con su apoyo y el de Llaryora ya electo. Pero esa estrategia choca con los intereses de Llaryora: en su entorno ven imposible que convenza a los referentes del interior hacer un cambio de planes.
Además, cree que ese escenario podría beneficiar a Rodrigo de Loredo -que suena como posible candidato a intendente de la ciudad capital- al nacionalizar los comicios con el arribo de figuras nacionales.
En paralelo, en Juntos por el Cambio terminan de definir el método para elegir entre De Loredo y Juez un candidato, en una provincia que no tiene PASO.
La semana pasada se reunieron en el Congreso. “Unidos y la opción que gane será la correcta”, escribieron ambos en sus redes sociales junto a una foto en la que se mostraron sonrientes, como en todas las imágenes que suelen compartir públicamente.
El líder del Frente Cívico y el referente de Evolución siempre se encargan de resaltar la buena relación que mantienen y los buenos términos en los que encaran las negociaciones para los comicios.
En ese encuentro iniciaron las conversaciones para establecer las pautas y términos en los que se realizará la encuesta. En el entorno de De Loredo explican que su preocupación está centrada en tres puntos: quién la realizará, cuándo se hará y qué aspectos medirá.
En concreto, el radical quiere esperar a que Schiaretti defina la fecha de la elección para recién en ese momento encargar el sondeo a una consultora privada que no esté influenciada por ninguna de las partes.
En cambio, en el Frente Cívico creen que no hay tiempo que perder y que Juntos por el Cambio ya debe tener el candidato consensuado en Córdoba para enfrentar al peronismo. Juez quiere iniciar la campaña, aunque ante todo -según expresa a los suyos- apuesta a la unidad. “Si no estamos juntos no hay chances de ganar. El objetivo es armar el mejor equipo”, resaltan.
La gran incógnita es el rol que ocupará el dirigente que salga segundo. Ninguno habla de la posibilidad de ir por la vicegobernación. Ambos la descartan de plano. Juez está convencido de que va a resultar ganador en cualquiera de los escenarios posibles. De Loredo también se muestra confiado pero, en paralelo, fue seducido con una propuesta nacional. Se debe a que Patricia Bullrich analiza la posibilidad de sumarlo a su fórmula.