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«La pulseada fue de pesos pesados y quedarán heridas para siempre», así graficó a Periodismo Federal un hombre de la Casa Rosada cercano al presidente Alberto Fernández, la feroz disputa en la que el senador nacional peronista Carlos Caserio se impuso al titular del gremio de los camioneros, Hugo Moyano, al ubicar como viceministro de Transporte a Walter Saieg. En realidad la pelea de Moyano no era contra el cordobés Caserio, era contra Alberto Fernández, a quien le planteó que ese puesto lo que quería sí o sí para el abogado Guillermo López del Punta, quien ya había estado en ese cargo durante una etapa de la gestión de Néstor Kirchner, y es de vital importancia para el sector porque tiene que ver con los subsidios y las reglamentaciones.

La pulseada fue tal, que en un sector del Gobierno hasta se sospecha que la escaramuza mediática que un sector moyanista de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) perpetró en la sede gremial de Balvanera, hace dos días, tuvo que ver con esa interna.

Pero Alberto terció en favor de Caserio, que había renunciado a presidir el bloque peronista en el Senado con la idea de ser ministro de Transporte, pero finalmente se quedó en la Cámara alta y convino con el jefe del Estado que un hombre de su confianza iría como segundo de Mario Meoni, a quien se le dio ese cargo por responder al líder del Frente Renovador, Sergio Massa.

Saieg –que es legislador provincial en Córdoba y fue intendente de Alta Gracia- responde a Caserio, que hasta las elecciones presidenciales fue jefe del PJ cordobés, aunque luego renunció en desacuerdo con el gobernador Juan Schiaretti, quien no apoyó la fórmula Alberto Fernández- Cristina Kirchner en su provincia, donde Mauricio Macri sacó el doble de votos que el Frente de Todos.

Caserio no solo colocará al viceministro: Gabriel Bermúdez deja la Secretaría de Transporte provincial para ser subsecretario de Transporte Automotor de la Nación.