Ya es tiempo electoral. No cabe ninguna duda. Y en el centro del ring están el presidente Alberto Fernández y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. En la platea siguen en primera fila la titular del PRO, Patricia Bullrich y el expresidente  Mauricio Macri, de un lado. Del otro, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof y los intendentes peronistas del conurbano bonaerense, quienes fueron los que le pidieron a Fernández que cerrase dos semanas las escuelas. 

En un palco, en tanto, observan los integrantes de la Corte Suprema, quienes hoy minutos antes de reunión de Alberto y Larreta recibieron el pedido de la Ciudad de bajar el DNU presidencial de suspensión de las clases presenciales. La Corte ya avisó por allegados que de ninguna manera va a resolver en los estrados judiciales algo que tienen que decidir los gobernantes.

Alberto demostró más cintura que la que venía teniendo, al reunirse en Olivos con el jefe de Gobierno porteño, escucharlo durante dos horas y ofrecer una conferencia de prensa no bien terminado el encuentro.  

Larreta insistió en que debía haber clases y dio su evidencia epidemiológica. Alberto mostró sus números y hasta se permitió ingresar en la interna de JxC al criticar fuertemente a Bullrich, quien inusitadamente apareció en Olivos en el cacerolazo post anuncio presidencial de cierre de las escuelas por 15 días.

Por editor

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