Alberto Fernández piensa que la transición entre funcionarios del Gobierno y su equipo político no es muy útil, posición que una vez más lo diferencia con el líder de Cambiemos, Mauricio Mauricio Macri, quien espera en vano la cita de equipos para traspasar una letanía de alabanzas y datos positivos de su gestión y, ante la inacción del Frente de Todos al convite, ahora amenaza con dictar un decreto reglando ese protocolo.
Pero el presidente electo del Frente de Todos ni se inmuta. Es más, no cree que el traspaso de datos que pueda hacerle el elenco comandando por el jefe de Gabinete Marcos Peña, pueda ser fidedigno.
«No paran de mentir, qué sentido tiene entonces recibir datos que después, cuando se los confronte a partir del 11 de diciembre, no se corroboren con la realidad», se escuchó decir cerca del presidente electo.
Como contó Periodismo Federal, tras la reunión entre ambos presidentes, el 28 de octubre en la Casa de Gobierno, no hubo más contactos ni llamados.
Por eso, Peña dejó trascender la semana pasada que tenían un borrador de decreto que contiene toda la normativa de datos reservados que debe tener el equipo «albertista» cuando asuma el 10 de diciembre.
«Hay que tener cuidado con eso, pueden decir que terminamos el Gobierno dictando decretos», le advirtieron sin embargo a Peña desde el ala política.
De esa forma, a 15 días de la reunión Macri-Fernández no hubo una sola comunicación para la transición y, lo peor, es que a casi un mes del recambio presidencial, ese protocolo tampoco tiene fecha cierta.
Fernández se comunicó ayer con Macri, pero solo para hablar del tema Bolivia, y nuevamente discreparon. Para el peronista un golpe de Estado derrocó a Evo Morales y para el actual inquilino de la Casa Rosada no se dieron esas condiciones.
Así están hoy las posiciones presidenciales saliente y entrante. Diametralmente opuestas.